Breves sobre actualidad científica laboral

Turnos de trabajo insanos. Dos estudios promovidos por el gobierno británico, de los que se ha hecho eco la revista New Scientist, han llegado a la conclusión que los turnos de trabajo alternos (una semana de día y otra de noche) pueden incrementar el riesgo de cardiopatías y de diabetes en comparación con los turnos fijos (solamente de día o solamente de noche). Según dichos informes, quienes trabajan en turnos alternos tienen mayores niveles de ácidos grasos en sangre tras las comidas. También presentan menores niveles de melatonina lo cual provoca cansancio y favorece los errores en las tareas.

El trabajo nocturno durante el embarazo aumenta el riesgo de prematuridad. La doctora Lisa Pompeii, de la Universidad de Carolina del Norte, ha dirigido un estudio que se publicó en diciembre pasado en la revista Obstetrics & Gynecology, según el cual las mujeres embarazadas que trabajan entre las 10 de la noche y las 7 de la mañana presentan una mayor probabilidad de tener un parto prematuro que las que lo hacen en horario diurno. Dicha probabilidad llega a ser del 50% para las mujeres que trabajaron de noche durante el primer trimestre del embarazo. Aunque la explicación de este aumento del riesgo no está totalmente clara, existen evidencias de que durante el embarazo la actividad del útero cambia por la noche, por lo que el trabajo nocturno podría alterar su normal funcionamiento.

El burn-out incrementa los índices de absentismo. Según publica la revista Occupational and Environmental Medicine (2006;63:98-106) investigadores del Instituto de Salud Laboral de Copenhague han llegado a la conclusión de que el nivel de burn-out, es decir, el grado en que una persona siente que “está quemada” por el trabajo, es un buen predictor de impacto del absentismo por enfermedad. Según la escala utilizada en el estudio (Copenhagen Burnout Inventory) la media de absentismo era de 5,4 dias/año en los niveles de burn-out más bajos y de 13,6 en los más altos. Los autores concluyen que reducir el burn-out es una buena medida para disminuir los niveles de absentismo por enfermedad.

Estrés en el trabajo y riesgo cardiovascular. Los trabajadores que tienen poco control sobre su propio trabajo tienen mayores niveles de fibrinógeno en plasma, un factor de coagulación relacionado con el ataque cardiaco y otros problemas cardiovasculares. Esta es la principal conclusión de un estudio belga realizado mediante un cuestionario a 892 trabajadores y publicado en la edición de septiembre del Journal of Occupational and Environmental Medicine.

Las horas extras aumentan el riesgo de accidentes. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts tras analizar los datos de más de 5.100 lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo, llegaron a la conclusión que los empleados que trabajaban horas extras eran un 61% más propensos a sufrir una enfermedad o un accidente relacionados con el trabajo que aquellos que no las trabajaron. Según el estudio, trabajar al menos 12 horas al día está asociado con un incremento del 37% en el riesgo de enfermedad o lesión, mientras que trabajar al menos 60 horas a la semana incrementa el riesgo en un 23%. Las lesiones más comunes encontradas fueron las osteomusculares, seguidas de las heridas por cortes y los hematomas. Los hallazgos aparecen en la edición de septiembre de la revista Occupational and Environmental Medicine.

El trabajo en oficinas favorece la obesidad. Investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) examinaron datos de casi 1.600 hombres y mujeres que trabajaban en oficinas a tiempo completo y encontraron que, en general, dichos trabajadores permanecían sentados en promedio más de tres horas al día y un 25% lo hacía durante más de seis horas. Este sedentarismo laboral se asocia con un aumento del 68% en el riesgo de tener sobrepeso u obesidad. Se ha encontrado una asociación significativa entre el tiempo de permanencia sentado con el sobrepeso y la obesidad en los hombres, pero no en las mujeres. El estudio aparece en la edición de agosto de la revista American Journal of Preventive Medicine.

El estrés en el trabajo favorece la dependencia de la nicotina. El estrés laboral, definido como desequilibrio entre altas demandas y bajo control, está relacionado con la dependencia a la nicotina en poblaciones adultas, según un estudio realizado en Alemania y publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine (2006;63:207-211). Las personas con un trabajo estresante tenían una razón de dependencia a la nicotina 1,6 veces mayor que aquellas cuyo trabajo no lo era, y ello con independencia de su edad, sexo o nivel ocupacional.

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